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Este manual ha sido creado con el compromiso de cuidar lo más valioso: la vida y la seguridad de quienes habitan y visitan nuestro municipio.
Está diseñado para orientar al público en general ante la presencia de fenómenos naturales como tormentas tropicales, ciclones y huracanes, proporcionando acciones claras y responsables que permitan actuar con anticipación y eficacia.
Nuestro objetivo es salvaguardar la integridad de nuestros ciudadanos, turistas e invitados, así como minimizar posibles afectaciones a los bienes e infraestructura local.
Asimismo, ponemos a disposición información sobre los refugios temporales oficiales, los cuales cuentan con las condiciones de seguridad requeridas y están debidamente certificados por Protección Civil. Estos espacios han sido habilitados pensando en tu bienestar y el de tu familia.
Porque estar preparados es protegernos entre todos.
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Esta guía ha sido elaborada con el objetivo de fortalecer la cultura de prevención y respuesta ante fenómenos naturales en Cancún.
Busca establecer de forma clara las tareas y responsabilidades que cada ciudadano puede asumir para, de manera conjunta y coordinada, aplicar medidas que protejan la vida, reduzcan riesgos y minimicen incidentes antes, durante y después de cualquier contingencia.
Asimismo, se asignan responsabilidades específicas para los procesos de preparación, prevención, evaluación de vulnerabilidades y demás acciones necesarias en cada una de las fases de atención ante estos eventos.
Porque la seguridad de nuestra comunidad es una responsabilidad compartida.
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ANTES.
La fase de preparación o prevención contempla una serie de acciones clave para fortalecer la capacidad de respuesta del municipio y sus ciudadanos ante fenómenos naturales.
También se consideran los procedimientos de mantenimiento preventivo, la disponibilidad de recursos humanos y materiales para emergencias, los acuerdos de cooperación institucional, y las estrategias para salvaguardar la seguridad e información de ciudadanos y turistas.
Incluye, además, la revisión de pólizas de seguros, la protección de archivos vitales, la comunicación efectiva entre autoridades y comunidad, programas de capacitación, monitoreo meteorológico y coordinación con medios de comunicación para la difusión oportuna de información.
Estas actividades se llevan a cabo durante los meses de abril y mayo, con una verificación integral de su cumplimiento en el mes de junio.
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DURANTE: (72 HORAS).
Ante la inminente o probable llegada de un huracán o ciclón, esta fase contempla la activación de protocolos de comunicación y coordinación entre autoridades, dependencias y ciudadanía.
Se prioriza la transmisión oportuna de avisos y alertas oficiales, así como la asignación clara de funciones, tareas e instrucciones específicas para cada persona o institución involucrada.
Desde la emisión de alertas tempranas hasta el momento del impacto, se llevan a cabo acciones estratégicas enfocadas en la protección de la vida, el resguardo seguro y la respuesta organizada ante cualquier eventualidad.
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DESPUES:.
La fase de recuperación inicia una vez que ha pasado el peligro inmediato y tiene como objetivo restablecer la normalidad de manera segura y ordenada.
Incluye la evaluación de daños, el análisis de los efectos provocados por el fenómeno, así como la ejecución de labores de limpieza, rescate y rehabilitación de servicios esenciales.
También abarca la reactivación de las operaciones turísticas, comerciales y comunitarias, fortaleciendo la comunicación con visitantes y residentes para promover la confianza, el bienestar y la resiliencia del destino.
Recuperarnos juntos es el primer paso para seguir adelante..
I. DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS CICLONES O HURACANES.
Los ciclones tropicales, también conocidos como huracanes en nuestra región, son sistemas de tormenta que requieren dos condiciones fundamentales para su formación: calor y humedad.
Por esta razón, solo se desarrollan en zonas tropicales, entre los paralelos 5° y 30° al norte y al sur del Ecuador, en temporadas en las que la temperatura superficial del mar supera los 27°C. Esta condición permite que grandes masas de aire cálido y húmedo asciendan desde la superficie en forma de espiral, alrededor de un área de baja presión, alcanzando alturas de entre 15 y 18 kilómetros
Este movimiento giratorio —en sentido contrario a las manecillas del reloj en el Hemisferio Norte— es consecuencia del efecto de rotación de la Tierra, conocido como la fuerza de Coriolis. A medida que el aire asciende, la presión en el centro del sistema disminuye, dando origen a la primera etapa de desarrollo del ciclón, denominada depresión tropical o zona de baja presión atmosférica.
II. EFECTOS DESTRUCTIVOS DE LOS CICLONES TROPICALES.
Los ciclones tropicales representan una seria amenaza para la vida humana, la infraestructura y las actividades económicas, especialmente en las zonas costeras que se encuentran dentro de su trayectoria.
Las regiones más afectadas suelen ser ciudades, poblados, carreteras y caminos ubicados cerca del litoral. En estas áreas, los principales efectos destructivos de un ciclón tropical se deben a cuatro factores clave: la marea de tormenta, el oleaje elevado, los vientos intensos y las lluvias torrenciales.
Entre ellos, la marea de tormenta —una elevación anormal del nivel del mar provocada por la presión atmosférica baja y los fuertes vientos— ha sido históricamente la causa más significativa de daños y pérdidas humanas.
Mientras que el viento y la marea tienen un impacto más concentrado cerca del centro del ciclón (el ojo), las lluvias intensas pueden extenderse a cientos de kilómetros, afectando zonas mucho más alejadas debido a las bandas nubosas externas de la tormenta.
Por ello, se reconoce que la capacidad destructiva de un ciclón tropical se deriva de cinco elementos principales:
Vientos Intensos
Marea de tormenta
Oleaje elevado
Lluvias torrenciales
Inundaciones y deslizamientos asociados
Comprender estos elementos permite prepararnos mejor para mitigar sus efectos.
1. LOS VIENTOS.
Los vientos son uno de los elementos más destructivos asociados a los ciclones tropicales. Su fuerza y velocidad pueden causar severos daños a infraestructuras, vehículos y personas, por lo que es fundamental entender su comportamiento y efectos.
1.1 Vientos con fuerza de tormenta tropical
Cuando los vientos alcanzan velocidades iguales o superiores a 63 km/h y hasta 118 km/h, se clasifican como vientos con fuerza de tormenta tropical.
A partir de este umbral, se vuelve riesgoso permanecer al aire libre o en estructuras débiles. Por ello, todos los planes de evacuación y medidas de protección deben haberse completado antes de que estos vientos comiencen a sentirse.
1.2 Vientos con fuerza de huracán
Se consideran vientos con fuerza de huracán aquellos que superan los 118 km/h. Este tipo de viento tiene la capacidad de destruir edificaciones, derribar árboles y volcar vehículos.
Los vientos más intensos se presentan alrededor del ojo del ciclón, especialmente en un radio aproximado de 100 km, y resultan aún más peligrosos en los cuadrantes delanteros cuando el ciclón avanza rápidamente.
1.3 Daños provocados por la fuerza del viento
Los efectos destructivos de los vientos se deben, en gran medida, a las fuerzas de torsión y flexión que generan las ráfagas.
Además, existe una relación exponencial entre la velocidad y la fuerza del viento: si la velocidad se duplica, la fuerza ejercida se cuadruplica, lo que incrementa considerablemente el potencial de daño.
1.4 Efecto del viento sobre las estructuras
Cuando el viento impacta un edificio, ejerce presión directa sobre la cara que recibe el golpe (llamada barlovento) y provoca succión en la cara opuesta (conocida como sotavento).
Este diferencial de presiones puede comprometer seriamente la integridad estructural de construcciones mal diseñadas o sin refuerzos adecuados.
2. LA MAREA DE TORMENTA O MAREJADA.
La marea de tormenta, también conocida como marejada ciclónica, es uno de los efectos más peligrosos de los ciclones tropicales, especialmente en zonas costeras.
2.1 ¿Qué es la marea de tormenta?
Se trata de una sobreelevación anormal del nivel del mar en las zonas cercanas a la costa. Este fenómeno ocurre por dos razones principales:
- La acción constante de los vientos intensos del ciclón sobre la superficie del océano, que empujan grandes volúmenes de agua hacia tierra firme.
- La baja presión atmosférica en el centro del ciclón, que provoca un efecto de succión sobre la masa de agua, elevando aún más el nivel del mar.
El resultado puede ser devastador: inundaciones en áreas costeras, daños estructurales por el impacto directo de la marejada y pérdida de vidas humanas.
Cuando un ciclón pasa cerca de la costa, las marejadas pueden alcanzar alturas de entre 3 y 10 metros por encima del nivel medio del mar, dependiendo de la intensidad del fenómeno y la topografía del litoral.
Comprender la marejada es vital para tomar decisiones a tiempo en zonas costeras.
3. LAS LLUVIAS..
Las lluvias intensas son otro de los efectos destructivos más frecuentes de los ciclones tropicales, y su impacto puede extenderse mucho más allá del área inmediata del ojo del huracán.
3.1 Factores que influyen en la intensidad de las precipitaciones
La cantidad y duración de las lluvias asociadas a un ciclón dependen en gran medida de su velocidad de desplazamiento.
Cuando un huracán se desplaza lentamente o se estaciona cerca de la costa —ya sea antes o después de tocar tierra—, los núcleos de lluvia intensa pueden concentrarse sobre una misma zona durante un periodo prolongado. Esto incrementa significativamente el riesgo de inundaciones urbanas, desbordamiento de ríos y afectaciones a caminos y viviendas.
Otro factor determinante es el radio de acción del sistema y la extensión de su área de nubes convectivas, que se alimentan continuamente del vapor de agua proveniente del mar cálido, generando precipitaciones constantes y de gran volumen.
NOTA IMPORTANTE..
Es fundamental tener en cuenta que, debido a los factores mencionados anteriormente —vientos, marejada, lluvias e inundaciones—, la zona de afectación directa provocada por un ciclón tropical puede alcanzar una amplitud de entre 170 y 200 kilómetros.
Esto significa que los efectos destructivos no se limitan únicamente al punto de impacto del ojo del huracán, sino que abarcan una extensa franja territorial, afectando múltiples comunidades de forma simultánea.
La amplitud del impacto exige una preparación regional y coordinada..
III. CLASIFICACIÒN DE LOS SISTEMAS TROPICALES..
De acuerdo con la velocidad de circulación de sus Vientos Máximos Sostenidos en superficie (VMS) se dividen en las siguientes fases, denominándose:
a). Depresión tropical: Con VMS menos a 63 Km/h.
b). Tormenta Tropical: Con VMS entre 63 y 118 Km/h (No poseen Ojo y se les aplica el nombre correspondiente)
c). Huracán o Ciclón Tropical: Con VMS mayores a 118 Km/h.
Éstos últimos se clasifican en 5 categorías como se indica en la escala de Saffir-Simpson siguiente:
IV. EL SISTEMA DE ALERTA TEMPRANA, (SIAT)..
El Sistema Nacional de Protección Civil, emplea los siguientes códigos de notificación de AVISOS Y ALERTAS que se utilizan como guía para las autoridades que les permita la determinación de las Fases de Alertamiento por ciclón tropical, como se señala a continuación y es denominado como: SISTEMA DE ALERTA TEMPRANA (SIAT).
El SIAT está activo cuando un ciclón se encuentra aproximándose a un área afectable, que en nuestro caso sería la costa de Quintana Roo. Se consideran 5 etapas de alertamiento que se enuncian a continuación, donde se describen y se mencionan las acciones generales a seguir, tanto por las autoridades, organismos privados e instituciones civiles, como por la propia población. En el entendido que cada integrante deberá implementar las acciones particulares que correspondan a su ámbito de acción.
ALERTA AZUL.
Se establece cuando se ha detectado la presencia de un ciclón tropical o cuando éste permanezca a más de 72 horas de la posibilidad de que la línea de vientos de 63 Km / h (Tormenta Tropical), comiencen a afectar. Se deben considerar las acciones siguientes:
• La población debe mantenerse informada.
ALERTA VERDE.
Cuando un ciclón tropical se ha acercado a una distancia tal que haga prever el impacto de la línea de vientos de 63 Km/h en una área afectable en un tiempo entre 72 a 24 horas, dependiendo de su intensidad Se deben considerar las acciones siguientes:
• La población debe mantenerse informada.
• Instruirse sobre los ciclones tropicales y las medidas a tomar.
ALERTA AMARILLA.
Cuando un ciclón tropical se ha acercado a una distancia tal que haga prever el impacto de la línea de vientos de 63 Km/h en un arrea afectable en un tiempo de 60 a 12 horas. Se considera que el peligro es moderado. Adicionalmente a las medidas ya implementadas se deben aplicar las siguientes acciones:
• Mantener alto nivel de atención a la información oficial.
• Identificar la ubicación y la ruta de los refugios temporales.
• En altamar, islas e instalaciones petroleras marítimas, atender instrucciones de navegación y Protección Civil.
• Estar preparados para una posible evacuación.
• Tomar las medidas de autoprotección.
ALERTA NARANJA.
Se establece cuando un ciclón tropical se ha acercado a una distancia tal que haga prever el inminente impacto de la línea de vientos de 63 Km/h en un área afectable en un tiempo de 36 a 6 horas por lo que se considera que el peligro es ALTO. Adicionalmente a las medidas anteriores deben realizarse las siguientes Acciones:
• Evacuar zonas y construcciones de riesgo.
• Atender instrucciones de las autoridades.
• Suspender actividades de navegación marítima.
• Suspender actividades recreativas marítimas y costeras.
• Permanecer en resguardo.
ALERTA ROJA.
Cuando la línea de vientos de 63 Km./h se encuentra impactando un área afectable, o bien que pueda impactar en un tiempo igual o menor a 18 horas, Se considera un Peligro Máximo. Adicionalmente a las medidas anteriores, se aplican las siguientes acciones:
• Resguardo total de la población.
• Atender las instrucciones de las autoridades.
• Conservar la calma y mantenerte informado.
